LA HAMBURGUESA INDESTRUCTIBLE


La fotógrafa Sally Davies vive su momento de mayor celebridad gracias al proyecto artístico con el que inmortaliza en Internet la evolución de una "indestructible" hamburguesa de una cadena de restaurantes de comida rápida que compró hace 146 días y sigue incorrupta.

"Cada cinco minutos me llega una petición para entrevistarme. Estoy muy sorprendida de lo interesado que está todo el mundo en este proyecto", explicó en una entrevista la fotógrafa.

La artista inició su particular experimento fotográfico el pasado 10 de abril con la intención de demostrar lo poco saludable que es la comida rápida.
Desde entonces, Davies, que inició su carrera como pintora hace más de tres décadas y dio el salto a la fotografía hace 15 años, ha vivido en su propia piel lo que es ser la protagonista de un fenómeno viral en Internet, donde las fotografías que ha ido colgando de la hamburguesa han centrado el interés de un sinfín de internautas.

Bajo el nombre de 'Happy Meal Project' -en honor al menú infantil que vende en todo el mundo la conocida cadena de comida rápida McDonald's-, Davies ha retratado día tras día la evolución que han experimentado los alimentos, que llevan casi cinco meses reposando en el salón de su casa en Nueva York.

"Todo empezó con una discusión con un amigo que posee varias hamburgueserías en Nueva York. Yo soy vegetariana y siempre le decía lo dañinas que podían ser las hamburguesas que devoran millones de estadounidenses. Él se reía y yo me fijé como meta demostrárselo", dijo la fotógrafa, cuyos perros dice "ni siquiera se han acercado a la comida".

Esas fotografías se convertieron en todo un fenómeno en la red social Facebook, así como en otras páginas web, diarios y revistas que se han hecho eco hasta ahora de la idea de Davies, una fotógrafa artística que se toma "con buen humor" que sea este proyecto el que la haga realmente conocida para el gran público.

Cuando han pasado 146 días, la artista reconoce, sin embargo, que ahora está "enganchada" al proyecto, por lo que piensa seguir fotografiando el "happy meal" mucho más tiempo y compartiendo esas fotos con su cada vez más amplia legión de fans.

"Ahora mismo la hamburguesa está como una piedra. Ha encogido porque se ha deshidratado, lo mismo que el pan, que se empieza a resquebrajar. Las patatas fritas, sin embargo, están completamente igual", explicó Davies, quien bromea con la posibilidad de necesitar "ayuda psiquiátrica cuando dé por finalizado el proyecto".

La fotógrafa explicó que "no sólo se trata de McDonald's, sino también de otras cadenas de comida rápida" y aseguró con vehemencia que los estadounidenses son "adictos" a ese tipo de comida, lo que a su juicio está "enfermando a todo un país que ha cometido, desde hace años, un gran error orgánico y alimenticio".

El sector de la alimentación "ha sido industrializado de tal manera que ya no se puede encontrar comida real. Todo cuenta con tantos conservantes y productos químicos que es imposible que la comida sea saludable", señaló Davies, quien aseguró que ella "también adoraba las patatas de McDonald's, pero ya nunca más".

La fotógrafa lamenta que "la pena de todo este asunto es que no tiene fin y se ha ampliado a todo el mundo", por lo que su proyecto es una llamada de atención para que se reflexione sobre la alimentación.

Sally Davies recordó varios casos de otras personas que han realizado experimentos similares, como una maestra que guarda una hamburguesa desde hace 12 años y que sigue sin descomponerse, o el de un hombre que, desde los años 80, colecciona diferentes tipos de hamburguesas de distintas cadenas de comida rápida.

De hecho, poco antes de que comenzara su proyecto, el blog BabyBites publicó dos fotos que decían estar tomadas con un intervalo de un año en el que un menú Happy Meal se mantenía prácticamente intacto. Poco después, la compañía emitió un comunicado en el que negaba que fuera posible ya que utiliza carne sin aditivos, "como la que compran cada día los consumidores en sus carnicerías locales". El comunicado incluía las declaraciones del director del centro de Sanidad Alimentaria de la Universidad de Georgia en las que aseguraba que la hamburguesa sólo podría tener ese aspecto después de un año si "hubiera estado congelada o envasada".




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